viernes, 12 de marzo de 2010

La vida de un árbol sagrado

Ayer mi madre me mandó un mensaje diciendo que por viento fuerte y mal tiempo que hacía en todo el Japón se había caído el árbol de gingko de un templo sintoista muy importante en la Ciudad de Kamakura. Kamakura está situada a unos 50 km al suroeste de Tokio y fue la ciudad donde estuvo el gobierno del shogunato del clan MINAMOTO desde 1192 hasta 1333. (Presenté las tapas de las alcantarillas de Kamakura en el capítulo “Suelo divertido”.)


El árbol de gingko situado a la izquierda de la escalera es el árbol que se cayó hace 2 días.

(Foto tomada en agosto de 2009)


Nos llamó la atención esta noticia porque en el verano del año pasado, cuando estuve en Tokio de vacaciones, mi madre y yo visitamos Kamakura y fuimos justo a ese templo sintoista y vimos ese árbol de gingko. Este árbol tiene unos 1000 años y está considerado como un árbol sagrado. Los responsables de dicho templo, también los ciudadanos de Kamakura, quieren replantar este árbol de gingko, pero los “médicos de los árboles” lo ven bastante difícil, ya que el árbol se partió al pie del mismo.


Cuando vivía en Japón, era normal ver los objetos naturales (por ejemplo, árboles gigantescos, rocas enormes, bosques, cataratas, montañas, etc.) considerados como un objeto sagrado o un lugar sagrado. Porque el Sintoísmo (una religión originada de Japón) es una especie de animismo y se cree que existen las deidades en cada elemento natural y en los fenómenos de la naturaleza. En Japón, en los santuarios veréis varios objetos naturales atados con una cuerda de junco. Esta cuerda de junco es un protector y divide entre la zona sagrada y la zona impura. (Hablé de esta cuerda dentro del capítulo “Japón en invierno” con la foto de “Ekiden”.)


Cuerda de junco del árbol sagrado de gingko de Kamakura arriba mencionado

(Foto tomada en agosto de 2009)


He viajado muchos sitios en España. Pero, no me acuerdo si he visto algún objeto natural que esté considerado como algo sagrado. Es lógico, porque en España el animismo no tiene tanta presencia como en Japón. Como Japón es un país que ha venido conviviendo con los catástrofes naturales (terremotos, tsunamis, tifones, etc.) durante toda su historia y seguirá conviviendo con ellos, nosotros japoneses consideramos que la naturaleza está fuera de nuestro dominio, así la naturaleza adquirió su divinidad en la cultura japonesa. Es verdad de que desde que empecé a vivir fuera de Japón, pienso más del origen de mi cultura. Creo que es porque he experimentado otra cultura con que puedo comparar.


No sé si sobrevivirá este árbol de gingko de Kamakura. Si no consiguiera ser restaurado, él acabaría su vida por causa de un fenómeno natural, no a manos de los seres humanos. Su pérdida es una pena, pero muere en los brazos del dios del Viento. Quiero pensar que es una muerte digna para este gingko que llevaba casi 1000 años protegiendo la Ciudad de Kamakura.

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