lunes, 19 de octubre de 2009

¡Buen embarazo y "Hasta la vuelta"!

Hoy a las 9:00 de la mañana, llego a la oficina. Entro en el despacho de mi departamento. Me falta algo. No, no me falta nada, sino me falta alguien, una compañera.


Hoy es su primer día de la baja por maternidad. Como ella se sienta justo en frente de mí, noto mucho su ausencia.


Trabajo en una empresa española que tiene unos 50 trabajadores y entre ellos, casi 30 personas son mujeres. Llevo casi 5 años y medio en esta empresa, y si no me equivoco, creo que esta compañera es la sexta compañera que coge la baja por maternidad.


Antes de trasladarme a España, estuve trabajando en Tokio, en una empresa japonesa. En el departamento donde estuve, trabajaban unos 30 empleados y la mayoría era mujeres. Trabajé en ese departamento durante casi 5 años y medio y durante ese período me despedí de unas 20 compañeras. Aquellas 20 compañeras dejaron de trabajar porque se casaron o se quedaron embarazadas. Mientras estuve en ese departamento, no hubo ninguna compañera que solicitara la baja por maternidad y volviera a trabajar. Por lo cual, el saludo de despedida era; “Buen embarazo y buena suerte en la nueva etapa de tu vida.”, pero no “Hasta luego, nos vemos a la vuelta.”


Por supuesto, en Japón también la baja de maternidad está establecida por la ley; 6 semanas antes del parto y 8 semanas después del parto (14 semanas en total). También tanto las mujeres como los hombres pueden solicitar la baja para cuidar a su hijo hasta que éste cumpla 1 año. Sin embargo, según la estadística, 60-70 % de las mujeres trabajadoras dejan de trabajar con su primer embarazo.


En Japón, la condición laboral de las mujeres se ha mejorado bastante en los últimos 20 años. Sin embargo, todavía la sociedad japonesa no está bien preparada mentalmente ni logísticamente para las mujeres trabajadoras.


La baja maternal es el derecho de las mujeres trabajadoras, pero todavía muchas mujeres se sienten culpables por causar inconveniencias a la empresa o a sus compañeros durante su ausencia y no se atreven solicitar la baja y se van de la empresa.


También, debido a la falta de guarderías y a no tener la costumbre de contratar a niñeras, muchas mujeres se ven obligadas dejar de trabajar. Aunque consigas una guardería, muchas veces no podrás salir de trabajo a tu hora. Si no tienes un apoyo de tu marido o un apoyo de tus padres, es difícil compaginar tu vida familiar y tu vida profesional. En muchas empresas japonesas no hay cultura de conciliación de la familia con el trabajo. Por tanto, se produce naturalmente una distribución de las tareas entre el marido y la mujer; los hombres trabajan fuera de casa y las mujeres se encargan de las tareas de hogar y cuidar a sus hijos.


Por otro lado, hay que destacar que hay muchas mujeres que prefieren cuidar y educar a su hijo ellas mismas y prefieren optar por dejar de trabajar y estar en casa. También, quizá en Japón la gente cobra mejor que en España. Allí es bastante habitual que solo el ingreso del marido puede mantener toda su familia económicamente.


Desarrollar la carrera profesional o convertirse en un ama de casa, simplemente son distintas formas de la vida. No es cuál es mejor ni peor. Cada mujer puede dar prioridad a lo que quiere y diseñar su vida. Pero si una japonesa quiere disfrutar de su vida profesional y vida familiar sin obstáculo, todavía se necesita tiempo para la evolución de la sociedad en este sentido.

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